Cayó en nuestras manos un artículo
interesante de nuestra admirada escritora Blanca Riestra en una lluviosa tarde
de domingo. En él, como perspicaces detectives que somos, vislumbramos una
conexión de un monumento colosal francés con otro de nuestra bien querida
ciudad de A Coruña. No dábamos crédito. ¡Qué insignificante, a veces, se
muestra la Historia ante el devaneo de los siglos que acaban por ensamblarse en
un todo! Los coruñeses, allá por el 1893, contemplaron en su puerto un
monumento magnífico con dirección a la capital francesa. Éste vestiría su
flamante plaza de La Concordia. Y los coruñeses, para no ser menos y absortos
ante tanta belleza, decidieron también tener su monumento insigne a la entrada
de su Calle Real. ¿Sabéis cual es?
El Obelisco fue inaugurado el 10 de Febrero
de 1895. Se erigió para ensalzar la figura de Aureliano Linares Rivas, ministro
y senador que llevó, cual antorcha por España adelante, la luz que desprendía
esta ciudad. Encontraréis en los Jardines de Méndez Núñez una estatua de su
figura junto a otras personalidades destacadas de la historia de esta ciudad.
Es el Obelisco un reloj básicamente, pero
un reloj fatigado debido a sus constantes errores a la hora de plasmar en sus
agujas el paso del tiempo. Pero no importa. Siempre se ha sabido que el tiempo
es relativo. También viste como sombrero una veleta y pararrayos asentándose en
su base diversos datos que animo al viajero que descubra por su propio pie.
Y contemplando este monumento recibimos
una llamada telefónica. ¿Detectives Francés y Wilson? Si. Soy Eulogio SoutoAmor, uno de los operarios que le dieron más altura al Obelisco en 1951. ¿Cómo?
¿El Obelisco fue modificado? preguntamos un tanto perplejos. Si. Para codearse
con los edificios de nueva construcción de la época que empezaban a ensombrecer
a aquél icono del fin del siglo anterior. Os lo digo porque andáis recabando
información sobre el Obelisco, ¿verdad?
Le dimos las gracias encarecidamente. Un
dato revelador para el observador más intrépido, saber que en tiempos del
alcalde Alfonso Molina, el Obelisco creció a la par que ese alcalde de alta
fama y personalidad.
Última curiosidad. Al parecer, cuando
inauguraron, allá por el año 1895 el nacimiento del Obelisco, padeció la ciudad
de A Coruña una de las tempestades más célebres que se recuerdan. Igual pasó el
día de celebración por las modificaciones realizadas más de cincuentas años
después.
¿Será por ello que el reloj marca las horas de manera enloquecida? ¿Será que sus agujas se encogieron ante tanta agua y frío? Pero eso sí, con una belleza sin igual como sólo lo irracional produce. Nos vemos con las cámaras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario