domingo, 11 de marzo de 2012

MUERTE Y BELLEZA

Hemos estado desaparecidos por un tiempo. El mar, siempre presente en esta ciudad con sus olores y sonidos, ha dejado un poso profundo de dolor entre sus habitantes. En una noche de agua salada al son de un vaivén más que particular, el mar arrastró a aquellos que osaron adentrarse en él.


Existen miles de imágenes por el ancho mundo de las ondas virtuales sobre aquel suceso. Imágenes y videos pululan en internet sobre lo que sucedió aquella noche fatídica. No seremos nosotros quién aporte más información al respecto. La noticia está más que cubierta. Pero hay que añadir una cosa más.

Posee esta playa la extraordinaria virtud de la muerte y la belleza. Sus olas han engullido ya a muchas personas cuando el mar encolerizado no quiere saber nada de la vida. Pero también sustenta en sus batidas contra la arena y rocas, ser reconocida como la playa con el sonido más bonito del mundo.

Cuando al atardecer vemos la quietud de la inmensidad de moléculas tranquilas y recordamos en nuestra memoria ese sonido celestial al cerrar los ojos, se nos viene a la mente aquel canto de sirenas que Ulises a punto estuvo de no resistir en su viaje vital de regreso.

Del mar siempre se regresa aunque, a veces, sea solamente a través de su música. Será que la belleza máxima trae consigo la destrucción. Y ¿quién desea la belleza si viene aparejada con la muerte? ¿Quién amará al mar cuando éste no tenga piedad de los humanos? Quizá la vida en esta playa no pueda entenderse sin la presencia de la muerte acechante. Quizá morir sea ese transmitir de ondas sonoras tan bellas como la vida misma.

Nuestro más sentido reconocimiento a los policías muertos en el desempeño de querer dar oportunidades a los demás. Gracias. Mil gracias para siempre. Siempre estaréis presentes en cada marea que deja sus más recónditos secretos entre sus aguas.

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