domingo, 13 de mayo de 2012

PARQUE ESCULTÓRICO 1 Parte

El día amaneció con una llamada de teléfono. La voz sonaba certera: “Que nadie se vaya de A Coruña sin ver su parque escultórico.” Antes de colgar, un largo silencio. A continuación, un suspiro triste para añadir finalmente: “¿Cómo es posible que no hayáis mencionado antes este parque?”. Eso nos decimos nosotros, ¿cómo ha sido posible?

Será que lo bello se hace esperar como todo este futuro que tiende a pintarse de azul aunque el gris de sus cielos nos parezca indicar lo contrario.

Empezaremos, cargados de energía, nuestro recorrido desde la playa de As Lagoas para afrontar, poco más adelante, su primera encrucijada. En ella, se elevan, indómitos, los Ártabros, tres figuras que representan a la mujer, el guerrero y marino de estas tierras tiempo ha. La obra de Arturo Andrade indica sobre qué versará la temática de este parque mitológico e histórico.

Siguiendo la senda hacia la izquierda, a pocos pasos, hallamos una escultura pentacefálica que representa a un menhir. Bella dama de mirada múltiple.

Siguiendo nuestro camino y desviándose mínimamente hacia nuestra derecha, los tres guardianes hacen su aparición. Esta obra de Soledad Penalta quiere mostrarnos las tres cabezas de Gerión que, como ya sabéis, Hércules dio muerte. Nos encantó ese contraste del metal con la vegetación salvaje adornada de flores, tojos y espinas. Además, su mirada perdida hacia la ciudad, parece indicarnos que siempre estará este gigante atento a lo que pueda ocurrir.




Nuestra primera parte del paseo termina en un lugar secreto. Cerca de los Guardianes, existe, agazapado, un banco donde sentarse y reflexionar. Está en una leve explanada con un banco que la lluvia ha pulido más de la cuenta. Sentarse aquí es la quintaesencia de la contemplación. Un descanso vendrá bien para poder proseguir el viaje en un futuro post. Si no fuera por esa llamada, aún estaríamos en deuda con esta ciudad. Esperemos, con el tiempo, hacerle justicia.

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