Es curioso pensar que la ciudad de A
Coruña guarda, a simple vista de pájaro, la conjunción casi mística de la
libertad junto a la represión más aberrante que el ser humano ha podido inventar.
Donde hoy es reconocida mundialmente la Torre de Hércules como símbolo de la
humanidad, habita, a escasos metros, un vetusto complejo arquitectónico en
ruinas y a punto de desplomarse. Una construcción que data de 1927 fundamentado
en la ideología del buen pensar de Concepción Arenal, una cárcel pública que
respondía a las exigencias de la ciencia y de la ley como gustaba decirse en la
época y sustituyera al “lóbrego e inhumano» edificio del Parrote.
Juan Álvarez de Mendoza estuvo
detrás del proyecto. Además se sumaría al mismo, nuestro afamado Pedro Mariño con sus aportaciones para dar al complejo la actual figura que hoy nos
escudriña tras el mar. Entre sus paredes descansa ahora la quietud de los días
amargos. Porque aquí se dieron cuenta numerosas sentencias de muerte en aquella
época gris de represalias y barbarie. Damos cuenta de esta dirección para que
el lector disponga de más datos sobre personas que aquí compartieron sus
últimas horas de vida.
Parece como si las paredes hablasen.
Así creyó entenderlo Isabel Coixet y su flamante exposición sobre las cartas de
John Berger. También aquí tuvieron a bien celebrarse la primera edición de cortos en cámara Super Ocho, otra manera de entender la vida desde los mismos
muros ahora de-construidos.
Ahora está creciendo una idea que
desde nuestro punto de vista nos parece muy interesante. Al parecer, la
plataforma Proxecto Cárcere quiere darle un uso de carácter social a la antigua
penitenciaría. Una albergue para la creciente demanda de gente sin hogar parece
una buena opción. Mas los tiempos que se avecinan son grises y tristes y
conseguir que el ayuntamiento se postule a favor de tales ideas, se nos antoja
un tanto baladí. Pero que no decaiga el desánimo y valga como apoyo esta
humilde reseña en este blog.
Es curioso, por lo tanto pensar, que
a pocos metros de distancia convivieron, no hace mucho tiempo, la luz que guía
a la humanidad con su sombra más aterradora. Porque no hace mucho, mucho
tiempo, cerca de aquí, fueron muchos los paseados por la represión. Y al
disparo sordo en la noche más oscura, el faro alumbraba hacia el infinito, el
lugar creemos donde descansan en paz los cuerpos abatido junto a la arena.
Quizá reconvertir la cárcel como monumento a la memoria histórica sería
interesante. Esta es nuestra idea. Solamente una idea.
Hoy veremos en nuestra pequeña
pantalla “El lápiz del carpintero”. Creo que es lo justo. Creemos que sí.
Muy interesante este blog. Manera diferente de ver una ciudad.
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