Cuando ya el sol estaba a punto de desaparecer detrás de los majestuosos edificios, vio enarbolarse una bandera republicana en el alto de una estatua. Ante semejante imagen alguien (no revelaré su nombre aquí) se comunicó con nosotros, y al llegar a la plaza pudimos contemplarla con nuestros propios ojos. María Pita, hermosa como siempre, además de querer ensartar su lanza al enemigo inglés, era portadora de una bandera que nunca conoció en vida. Estábamos ante un momento histórico y Francés & Wilson asociados no nos lo podíamos perder.María Pita fue mujer reconocida en vida por su defensa de esta ciudad ante el acoso inglés en 1589. Ante el inminente derrumbe de sus muros e inevitable conquista, Mayor Fernández de Cámara y Pita con la imagen de su marido muriéndose a su lado, dio muerte al abanderado inglés que se las prometía muy felices. Ante el grito de: “Quién tenga honra que me siga” el rumbo de la batalla cambió, y los ingleses, ante tal fervor popular por la defensa de aquello que se considera usurpado, empezaron a recular abandonando días más tarde A Coruña.
Al parecer aquella bandera quería significar algo parecido en este día del 15 de octubre de 2011. No querían que se les usurpase lo que era suyo por derecho nos dijeron, y defenderían sus sueños hasta la batalla final. La obra de Xosé Castiñeiras había adquirido un significado más acorde con lo que representaba la figura de la heroína en esta plaza porque ¿no defienden los héroes aquello que es injusto? ¿Qué hubiese dicho María Pita en estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir?
Cavilando sobre ello fuimos dejando la plaza a nuestras espaldas mientras la gente aplaudía más fuerte al caer la luna. Siempre se ha dicho que la oscuridad trae el miedo y la confusión. Quizá sea María Pita hoy igual que ayer la persona que nos guíe ante tanto temor. Guíanos bien María, guíanos bien.
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