Más de un año hace ya que nos abandonóIsaac Díaz Pardo. Sin embargo, su labor al frente del pensamiento activista
hace que nos detengamos en esta ciudad en un punto concreto de su geografía
para nunca olvidarlo. El viajero debe, con calma, dirigirse hasta la punta
Hermida y hallar en su comienzo un bello monumento funerario. Porque, como ya
dijimos aquí, un lugar existió para la tristeza y la oscuridad en estos parajes cercanos al mar. Y para recordar aquellos días grises, un Cromlech se erigió por todos aquellos que
la noche se los llevó. Como al padre de Isaac, como también a muchos otros
olvidados por la siempre frágil memoria.