martes, 28 de agosto de 2012

DIQUE PARA ABRIGARSE DEL FRIO

Se necesitaban acallar la fuerza del mar para conseguir un fondeo mayor para sus barcos. Gracias a ello, el puerto de A Coruña se convertiría en uno de los más importantes de España referente al tráfico tanto de pesca fresca como de crudo. Lo que Ramón Iribarren (diseñador del dique) nunca podría sospechar es que su obra pasaría a formar parte de uno de los rincones favoritos de muchos coruñeses. Hablamos del dique de abrigo (imagen 3D).

Barrié de la Maza dicen que se llama. A veces, los nombres dan mucha consistencia al continente que representa mas, por la trascendencia del personaje en cuestión, el dique se le queda corto a este singular personaje por las múltiples facetas que lo encumbran (según quién lo nombre).

Pero Barrié hoy no es el protagonista. Y Sí este maravilloso dique. Con sus más de un kilómetro de longitud es la delicia de ciclistas, patinadores, pescadores, caminantes e incluso escaladores. Está custodiado, al principio, por una de las obras que singularizan esta ciudad: su torre de control marítimo. Decir que sus 80 metros rivalizan hoy con la torre de Hércules y existe, desde una balaustrada en su comienzo, la posibilidad de visualizar el faro que se esconde en el Oeste. De frente, el puerto exterior de Ferrol y su hermoso cabo Prior.

Al final del dique se erige una baliza que señaliza la entrada de la ría de A Coruña. Si tienes suerte y mejor al atardecer, verás llegar barcos pesqueros con una aureola de gaviotas sobrevolando la embarcación. Olerá a mar y a pescado. Olerá a la historia de esa gente que se gana la vida en el mar.


Y al regresar verás una bella estampa del Ensanche que dormita al lado del puerto con su medusa verde. Será una bella imagen para recluirse de nuevo en el hogar. El mar y sus gaviotas, A Coruña.

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