Desapercibidas quedan muchas historias que guardan recelosas las ciudades. Cerca de la torre se eleva, cual bloque de cemento impoluto, la memoria de un escultor. Nuestro confidente Gregorio Rocamonde nos avisa que a través de sus oquedades se vislumbra la figura bella de nuestro patrimonio de la Humanidad. Solo tienes que saber colocarte y verás como si contemplaras un cuadro, la eterna figura de nuestro amado faro ¿Os atrevéis a descubrirlo?